Enseñanza que transforma.

Enseñanza que transforma.

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Si al equilibrio entre el trabajo en equipo y la práctica individual se suman las distintas técnicas y los métodos que imparte cada uno de los instructores de Roccatti, además de un buen ambiente de enseñanza y aprendizaje, la experiencia que se vive en la cocina llega a ser sumamente enriquecedora tanto a nivel profesional como personal.
“Le perdí el miedo a hacer cosas”, cuenta la alumna Minerva Cavazos sobre el aprendizaje que obtuvo tras cursar, durante 12 meses, el Diplomado en Pastelería y Repostería de Roccatti. “La primera clase me quemé el dedo, no sabía hacer nada, ya conforme fueron pasaron las clases le fui agarrando la onda a hacer las diferentes cosas”, agrega Minerva, quien actualmente cursa el Diplomado en Cocina Internacional, en sucursal Valle.
Una experiencia similar vivió Vicky Álvarez, egresada de la Carrera de Pastelería y Repostería, quien dice que antes de entrar a Roccatti, cuando solo había tomado algunos cursos básicos de repostería, tenía miedo de hacer algo por su cuenta. “Me agarraba de alguien más para sentirme segura”, expresa.
Sin embargo, el miedo se pierde y se cultiva la confianza en uno mismo gracias a la variedad de contenido especializado en gastronomía que se cubre en cada módulo, a la experiencia de los chefs de Roccatti, al trabajo en equipo y, desde luego, a la práctica constante en la que se involucran los alumnos desde el día uno.
Como dice  Vicky, “desde el principio nos ponen a practicar mucho para después hacerlo nosotras solas. Es lo que me gusta (…), en las clases nos dan muchas cosas diferentes que sé que podría aplicar en mi día a día”.
A Sara Carolina Ibarra, por ejemplo, lo que ha aprendido en el Diplomado en Cocina Internacional le ha dado “más creatividad, más libertad de poner todo lo que sientes en un plato”, comparte. “Yo la verdad no sabía nada (…). No sabía ni prender la estufa. Al principio pensé que iba a estar estresada, pero no, estoy muy tranquila, muy contenta”.
Y al igual que Vicky, Sara reconoce que el conocimiento que ha sumado a la fecha le será de utilidad en otra cocina. “Sí te ayuda mucho para el futuro, y aparte aprendes a hacerlo en equipo, no nada más individualmente, es también trabajo en equipo”.
De cero al 100
Aunque Minerva había tomado un curso básico de quequitos antes de entrar a Roccatti, continuaba sin las herramientas necesarias para hacer, desde cero, lo que quisiera en casa. Le interesaba aprender a decorar, por ejemplo, “pero ni siquiera sabía hacer pan”, dice la alumna.
En el caso de Anaís García, quien decidió dejar sus estudios en Medicina para entrar a Roccatti, la experiencia de haber cursado la Carrera de Pastelería y Repostería le da hoy la seguridad de dedicarse de tiempo completo a su negocio de repostería en casa. En Roccatti, Anaís asegura haber adquirido “las bases de todo. Te dan todas las herramientas para empezar a crear tus recetas desde cero”.
Para Idalia Aro, de 18 años, haber cursado la Carrera de Pastelería y Repostería en Roccatti le permitió comprender un mundo que hasta hace poco le era desconocido, especializarse en pastelería y tener sus bases bien fundamentadas.
“Soy mucho de buscar libros de cocina y leer, y normalmente me ponían una pasta sablé o cosas así y yo no entendía. “Se me hacía fuera de mi conocimiento. No sabía qué era eso. O hacer una pasta bomba o hacer un caramelo, no entendía cómo se hacía todo eso”, expresa Idalia, quien en Roccatti logró aprender “a hacer de todo”.
Casos como los de Idalia, Anaís, Minerva, Vicky y Sara ponen el ejemplo de que independientemente de que la experiencia en gastronomía sea poca o nula, la enseñanza en Roccatti garantiza que los alumnos explotarán su potencial, adquirirán el conocimiento y la práctica necesarias para crear en la cocina lo que nunca imaginaron, y que, a su vez, desarrollarán habilidades que les serán de utilidad para el futuro.
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